Credo y Declaración de Fe

Conoce los principios y creencias fundamentales que guían nuestra comunidad de fe y adoración.

SOBRE DIOS

Un único Dios:
Hay un único Dios vivo, santo, eterno, justo, bueno, verdadero, infinito, sabio, amoroso, glorioso, omnipresente (Salmos 139:7-9), inmutable, paciente y misericordioso (Deuteronomio 4:35,39; 6:4; Nehemías 9:6; Romanos 3:30; 2 Pedro 3:9). Aborrece el pecado (Éxodo 34:6-7, 1 Juan 1:5) y castiga la maldad (Romanos 1:18, Mateo 25:48). Dios es Espíritu (Juan 4:24) y el único Dios verdadero (1 Reyes 8:60; Isaías 43:10-11). La deidad está conformada por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo (Mateo 28:19; 1 Juan 5:7; Tito 2:13; 1 Corintios 8:6; Hebreos 9:14), coeterna, única e indivisible (Génesis 1:1-2; Juan 1:1; 10:30; 17:21; 2 Corintios 13:14).
Dios Padre:
Mediante su Hijo y el Espíritu Santo, Dios creó todo lo existente, lo visible y lo invisible, y al hombre conforme a su imagen (Génesis 1:1-2,27; Juan 1:1-3; Efesios 4:6; Salmos 33:6, Colosenses 1:16-17, Isaías 43:21, 44:23, 64:8, Malaquías 2:10).

Jesucristo:
Es el Señor y Salvador, el Verbo hecho carne (Juan 1:1-3,14; Filipenses 2:5-8). Todas las cosas fueron creadas en Él y por Él (Colosenses 1:16-17). Él es el Hijo unigénito del Padre (1 Juan 4:9), cumplimiento de la Ley y los Profetas (Mateo 5:17; Lucas 24:44), nacido sin pecado de una virgen por el Espíritu Santo (Isaías 7:14; Lucas 1:26-33; Romanos 1:2-4). Enseñó y predicó con autoridad (Mateo 4:23; Juan 14:6) y cumplió obedientemente la voluntad del Padre, siendo crucificado, sepultado, y resucitado al tercer día (Juan 5:30; 6:38; Mateo 26:39; Efesios 4:8-9). Ascendió al cielo y está a la diestra del Padre (Hebreos 4:14-16; 5:9).
Espíritu Santo:
Es el Espíritu de Dios y el Espíritu de Cristo, actuando en creación, regeneración, santificación y milagros (1 Corintios 3:17). Es el representante de Jesucristo en la tierra, convenciendo al mundo de pecado y guiándonos a toda verdad (Juan 14:26; Romanos 8:14). Intercede y ayuda en nuestras debilidades (Romanos 8:9,26-27) y produce su fruto en nuestras vidas (Gálatas 5:22-23; 1 Corintios 3:16-17).
La Santa Biblia:
Única fuente completa, confiable y suficiente para la fe (Hebreos 4:12), nuestro alimento espiritual diario (Mateo 4:4; 1 Pedro 2:2). Tiene poder y autoridad suprema por ser la Palabra inspirada e infalible de Dios (2 Pedro 1:20-21; Mateo 24:35). Es útil para enseñar, corregir y educar en justicia (2 Timoteo 3:14-17) y es imperativo creerla y obedecerla (Josué 1:8; Santiago 1:22). La Biblia se interpreta a sí misma (Juan 5:39; Lucas 24:45) y no es de interpretación privada.

SOBRE EL SER HUMANO Y LA SALVACIÓN:

Dios creó al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza, formando a Adán del polvo de la tierra y dándole vida. (Génesis 2:7; 1 Tesalonicenses 5:23). Los puso en el Edén como reyes y sacerdotes de su creación para la gloria de Dios (Génesis 1:27-28).
Nuestros primeros padres pecaron, lo que corrompió la naturaleza humana, resultando en separación de Dios, muerte espiritual y física (Génesis 3:13; Jeremías 17:9; Romanos 5:12; Salmos 14:2-3; 51:5).
La humanidad cayó bajo maldición a causa del pecado, resultando en muerte y condenación eterna. No hay justo alguno y todos deben arrepentirse. Aquellos que rechazan la salvación están destinados al infierno (Génesis 3:17-19; Isaías 59:2; Romanos 3:20, 5:12; Juan 3:18; Marcos 16:16; Hebreos 9:29; 10:28-31).
El infierno es el lugar de condenación y tormento eterno, preparado para el diablo, sus ángeles, y los pecadores (Mateo 13:50; 25:41; Marcos 9:45-46; Lucas 16:19-30).
Dios Padre proveyó la salvación enviando a Jesucristo como redentor. Él expió el pecado al morir en la cruz y el Espíritu Santo nos lleva al arrepentimiento (Juan 3:16-18; 16:8; Gálatas 3:13).
Jesucristo es el único Señor y Salvador, y no hay otro camino para alcanzar la salvación (Juan 14:6). Recibimos la salvación al arrepentirnos y confesarle como Señor y Salvador (Hechos 4:12; Romanos 10:9-10; Marcos 16:16).

Por la sangre de Jesús somos declarados justos y nacemos de nuevo, restaurando nuestra relación con Dios (Hechos 13:38-39; Romanos 5:1; 1 Corintios 6:11; Colosenses 2:13).
La salvación no depende de la religión ni de las obras, sino de la gracia de Dios. Es individual e intransferible, y cada persona debe decidir convertirse (Efesios 2:8-9; Juan 1:12; Ezequiel 18:30).
El bautismo es un paso de obediencia y testimonio público que confirma el arrepentimiento, realizado por inmersión en agua (Mateo 28:18-19; Romanos 6:4-5).
Seguir a Cristo es un proceso de crecimiento y perseverancia hasta alcanzar su estatura (Efesios 4:13).

SOBRE LA IGLESIA DE JESUCRISTO:

La Iglesia fue establecida por Jesucristo, quien es la piedra angular y cabeza. Se edifica mediante sus enseñanzas, no bajo doctrinas de hombres ni revelaciones diferentes (Gálatas 1:6-8).
La Iglesia no se basa en tradiciones, salvo las transmitidas por las Sagradas Escrituras acerca del evangelio (1 Corintios 15:1-11; Colosenses 2:8; Tito 1:10-14).
Al entregar su vida a Jesucristo, el creyente forma parte de su cuerpo, que es la Iglesia, y debe reunirse para adorar, orar, recibir enseñanza y compartir el evangelio (Hechos 2:42-46).
La Iglesia representa el Reino Espiritual de Dios en la tierra y ha recibido poder para cumplir la gran comisión (Mateo 28:18-20; 1 Pedro 2:9).
Es el cuerpo de Cristo, compuesto por los creyentes, y es la iglesia visible que forma parte de la iglesia universal, cuya cabeza es Jesucristo (1 Corintios 12:27; Efesios 5:25-27).
La iglesia se reúne en congregaciones y casas, recibiendo a todas las personas y buscando glorificar a Dios, la obediencia y la pureza moral (Hechos 2:46-47; 1 Pedro 1:15-16).

La iglesia aspira a establecer el reino de Dios en el corazón humano y sus líderes no deben involucrarse en asuntos políticos, militares o económicos (Juan 18:36).
La Disciplina Eclesial es necesaria para la madurez del discípulo y la iglesia, buscando el arrepentimiento y la restauración del ofensor (Gálatas 6:1; Mateo 18:15-17; 1 Corintios 5:13).
La consejería pastoral y confesión de pecados son importantes para la sanidad espiritual y física (Santiago 5:16; Proverbios 28:13).
Los miembros de la iglesia deben someterse a las autoridades establecidas: Dios, las Sagradas Escrituras y los pastores (Hebreos 13:17; 1 Timoteo 3:1-12).
La Iglesia ha pasado por diversas etapas históricas, pero siempre ha sobrevivido y permanecerá hasta la venida del Señor (Mateo 16:18; Romanos 11:4-5; 1 Corintios 3:11).

SOBRE LA PREDICACIÓN DEL EVANGELIO Y HACER NUEVOS DISCÍPULOS:

Jesucristo ha delegado a cada creyente el mandamiento de predicar el evangelio en todo lugar (Marcos 16:15-16; Hechos 13:47).
Hacer discípulos y enseñar a obedecer los mandamientos que conducen a la salvación es fundamental en la doctrina cristiana (Mateo 28:19-20).
Es un mandato para cada creyente, respaldado por la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Constitución del país donde la iglesia está establecida.

★★★★★

La declaración de fe o credo es clara y profundamente inspiradora. Forma parte de esta comunidad comprometida.